Disfrutar del verano, de las vacaciones y de la playa, junto con la práctica del mindfulness es posible, ¿sabes cómo hacerlo? Aquí tienes las claves.
Es tiempo de ir y disfrutar del sol, la arena y el mar, y con ello tienes la oportunidad de poder comenzar una práctica formal o informal de mindfulness, si aún no has comenzado o bien seguir con tu desarrollo de la atención plena o perfeccionamiento de la misma.
Existen muchos ambientes en los que poder dejarse llevar y prestar atención al momento presente, pero si hay uno de ellos en los que poder disfrutar más es al realizar una práctica de mindfulness en la playa.
El ambiente de playa nos crea o recrea una situación cuasi-perfecta para dejarnos llevar por los sentidos, las emociones y dejar levitar el cuerpo entre todas ellas para aprender de lo que nos sucede mientras observamos atentamente.
Para llevar a cabo un momento de atención plena en la playa será necesario tener en cuenta las siguientes pautas.
Estar sentado
Para realizar la meditación, y más en un lugar como puede ser la playa, será conveniente estar sentado bien sobre la arena, o una toalla. Dependerá del tipo de playa y de la temperatura de la arena el poder tener contacto directo con la arena de ésta. Sentir la arena de la playa puede servir para obtener los beneficios que del contacto podemos obtener
Postura erguida
Cuanto más recto encontremos nuestro cuerpo mayor comodidad y mejor se encontrará nuestra posición
para la meditación. Si durante la meditación nos damos cuenta de que no estamos erguidos, simplemente volviendo a la postura sin juzgar la situación será necesario para continuar con la práctica.
Respiración
Uno de los puntos básicos para tener una meditación centrada en la atención consiste en centrarse en la respiración. Establecer la concentración en la atención nos permite ser más consciente de lo que nos ocurre durante este proceso y de los pensamientos que nos van surgiendo.
No juzgar
La meditación trata de de buscar la atención plena sin juzgar lo que nuestros pensamientos nos van diciendo. Conseguir hacer una dicotomía entre lo que son nuestros pensamientos y somos nosotros. Evitar que los pensamientos gobiernen nuestros actos, son eso, pensamientos.
El Mar
Una vez establecida la atención plena en la respiración, cabe la posibilidad de dejarse llevar por otros sentidos o emociones. Escuchar como el sonido del mar llega hasta nuestros oídos nos permite disfrutar de un placer de la naturaleza
La Brisa del Mar
Por último, y no menos importante, podemos ayudarnos de la brisa que nos proporciona estar en la playa para identificar, hacer un body scan del cuerpo a partir del viento que nos está rozando el cuerpo. Sentir la brisa en nuestra piel.
Espero que con estas pautas puedas disfrutar de un día de playa diferente a la par que atractivo
“No puedes detener las olas, pero puedes aprender a surfearlas”
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